Las láminas de acrílico son de los productos con mejor relación calidad/precio de entre todas las láminas traslúcidas o para techo. Es por ello que son uno de los componentes más solicitados por diferentes industrias. Por esta razón es que el uso de lámina acrílica ha aumentado, y en esta entrada te hablaremos de la manera correcta de trabajar con este producto, así como su precio y medidas.
Los productos hechos con materiales plásticos son generalmente más fáciles de fabricar, así como también son más flexibles y en términos económicos, más baratos que otros materiales. En el caso de las láminas de acrílico, están compuestas por metacrilato de metilo, un polímero plástico que tiene propiedades térmicas que le permiten ser moldeado en altas temperaturas, y cuando se templa, no pierde la forma que se le dio en su proceso de fabricación.
Además de esto, el acrílico es un material que se conoce por su resistencia física, que le permite soportar cargas de peso moderadas o golpes en su superficie sin romperse. A esto se tiene que añadir su capacidad para soportar los cambios de temperatura en el ambiente, por lo que no pierde su forma original de fábrica ante el frío o calor al ser colocada en el exterior o interior de un sitio doméstico, industrial o público.
Las láminas de acrílico son confeccionadas mediante maquinaría especial para laminación, en donde se realiza el corte a la medida para producir en serie varios lotes de láminas. Posteriormente se trabaja el producto mediante ensamblaje, o se pule y pinta el acrílico, según el tipo de producto final.
Los acrílicos son un tipo de polímero termoplástico de uso amplio en múltiples productos e industrias, debido a la facilidad de mecanizar, al tener una capacidad alta para moldearse a diferentes diseños y resistir los esfuerzos físicos a los que sea sometido el material. Por estas razón se usa como material de embalajes, acristalamiento y de diseño de espacios para decoración.
Una lámina acrílica es de utilidad para una serie de inmuebles al aire libre y de recintos cerrados que desean contar con iluminación permanente. La capacidad traslúcida del acrílico permite el paso de la luz natural a través del material, por lo que se evita el uso de focos o iluminación. Esto a la larga tiene un efecto positivo en el consumo eléctrico y el costo por utilizar electricidad.
El acrílico en láminas, como la mayoría de láminas traslúcidas, pueden usarse como parte del mobiliario urbano, ya sea en paradas de autobús, así como en la construcción de deflectores en calles transitadas o puentes. Mientras que en su uso dentro del sector privado, también tiene la capacidad para ser un accesorio de seguridad en recintos de vigilancia, así como para la construcción de tragaluces o de páneles acústicos como parte integral de un edificio.
En un uso dentro del sector de la sanidad, puede usarse en tinas de baño, así como en platos de regadera. Mientras que en pequeñas manufacturas dentro del sector del transporte puede usarse para fabricar antideslumbrantes o láminas de protección contra el sol. Por otro lado, su uso doméstico puede darse en cocheras, portillas y ventanas.
Uno de los problemas más comunes al trabajar con láminas de acrílico por primera vez, se trata de su almacenamiento. Existen muchos casos donde las láminas acrílicas se dañan debido a que no se trasladan o almacenan correctamente, en donde se cometen errores que generan daños en el producto.
Dentro de los errores más comunes está almacenar las láminas de forma totalmente vertical. Esto genera que a la larga se deforme el producto, dañando el acanalado o generando una abolladura en la parte del acrílico que funcionó como base.
Otro aspecto a mejorar es el sitio en donde se resguardan estas láminas plásticas de acrílico. Se debe de cuidar que no existan fuentes de calor que se encuentren muy cerca de las láminas, con el fin de evitar deformaciones. No colocar las láminas acrílicas cerca de hornos, radiadores o fuentes de calor intensas.
En la medida de lo posible también se debe de evitar que entre en contacto con vapores, dado que algunos de estos pueden resultar corrosivos y pueden incentivar el desgaste de la lámina acrílica.
Como parte de las láminas que compiten con el acrílico se encuentra el policarbonato, el cual es otro material plástico que tiene una resistencia física superior. Sin embargo, el factor determinante en la elección de estos dos materiales es el precio, debido a que el policarbonato es de 4 a 7 veces más caro que el acrílico.
Esto es definitorio para los clientes, quienes no siempre necesitan de la fortaleza y longevidad que proporciona un policarbonato. Esto está directamente relacionado con la clase de uso que tendrá la lámina plástica, así como del sitio en donde será colocada y las labores que se realizan en su cercanía.
Dado que en la mayoría de las ocasiones se trata de usos sencillos, en donde no se requiere de un alto nivel de exigencia estructural, las láminas de acrílico suelen ser una mejor elección porque cumplen a la medida con las necesidades físicas de los sitios más comunes donde se utilizan láminas traslúcidas.
El material conocido como acrílico recuperado no es más que material plástico reciclado que se aprovecha para la fabricación de láminas. El valor del material producto de este proceso yace en que es una opción más ecológica, con propiedades resistentes a los rayos ultravioleta, además de que puede conseguirse en varios colores.
En cuanto al uso en techos de las láminas acrílicas, existen dos modelos acanalados que cumplen a la perfección con esta necesidad.
Mientras que el segundo modelo es la lámina Poliacryl, que está compuesta por una mezcla de poliéster y acrílico, que le da una menor capacidad lumínica en comparación con la primer lámina, pero es más económica y es de utilidad para sitios que serán complementados con luces eléctricas.
Ambas láminas para techo son de excelente calidad, y según la cantidad de luz solar que se desee llegue al interior del recinto, será el tipo de lámina acrílica ideal para tu construcción.
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