El nuevo Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) de la Ciudad de México ha causado controversia desde que se planteó como una posibilidad a futuro. Dos años y medio después se inaugura como una de las infraestructuras con mayor presupuesto: 75 millones de pesos mexicanos invertidos en la construcción del aeródromo.
El costo de la instalación ha sido tema recurrente desde que se propuso el proyecto, así como la reubicación del aeropuerto en Santa Lucía, en el municipio de Zumpango, Estado de México, al contrario de la propuesta originalmente hecha por el presidente del anterior sexenio de realizar el proyecto en Texcoco, también en el Estado de México.
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Como parte del diseño del Aeropuerto AIFA se recurrió a la ayuda del arquitecto Francisco González-Pulido, quién creó la propuesta para lo que originalmente sería una muestra de las raíces del país desde una perspectiva representativa de los elementos más destacables y no como una demostración folklórica que fuera sobrecargada. Sin embargo, al finalizar la construcción del proyecto, poco de lo que había propuesto en su diseño original se tomó para llevar a cabo la instalación.
González-Pulido señala que el aeropuerto construido no es el que él diseñó, además de que su firma estuvo involucrada de manera nula y que, por lo tanto, desearía que ya no se le asocie al proyecto al no ser casi nada de lo que su propuesta original planteaba. Dentro de las justificaciones por parte del gobierno para no llevar a cabo la propuesta del arquitecto, estaba la falta de presupuesto dado que este se excedía por casi 10 millones de pesos. Por esta razón, el diseño que actualmente tiene el aeropuerto está basado en lo que la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA) llevó a cabo.
A pesar de haber rechazado casi por completo su diseño del Aeropuerto AIFA, González-Pulido hace mención a que la estructura modular con que cuenta la actual instalación sí formaba parte del concepto original que tenía su propuesta, y que es lo único que se respetó de su diseño. La disposición modular ayudó a que la construcción del proyecto fuera más rápida, y por lo tanto que se pudiera terminar en el tiempo establecido.
La instalación que conlleva una construcción a tan grande escala como la del Aeropuerto AIFA requiere, además de un buen diseño, varios tipos de materiales resistentes que puedan lidiar con el peso y las situaciones ambientales a las que se someterá la estructura.
La construcción del Aeropuerto AIFA requirió de una amplia variedad de materiales como parte de la estructura tanto interior como exterior, muchos de los cuales fueron tomados de aquellos que se adquirieron previamente para el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM), proyecto propuesto por el antiguo presidente Enrique Peña Nieto y que fue cancelado por la actual administración.
Se movilizaron en total 102,553.2 toneladas de acero estructural y 7,019.1 toneladas de acero de refuerzo, con un costo de 6,012 millones de pesos que se ahorraron en el presupuesto final del Aeropuerto AIFA. Entre los productos utilizados están los derivados del acero como los perfiles estructurales, varios tipos de lámina y rejilla, entre otros.
Para la construcción de las columnas con que se sostiene toda la estructura, es necesario el uso de vigas de acero, materiales que por su resistencia a grandes cantidades de peso y presión, así como poco maleables, son ideales para este tipo de proyectos a gran escala. En lugares dentro del Aeropuerto que requieran materiales más pequeños pero de igual resistencia, se utilizan perfiles estructurales como el monten o el canal cps.
En cuanto al techo del nuevo aeropuerto, se buscaron materiales que fueran resistentes a diversos elementos corrosivos y por lo tanto que tengan un tiempo de vida útil largo. En este caso se utilizó lámina pintro, un tipo de lámina acanalada que cuenta con un acabado en blanco que no solamente funge como elemento estético, sino que también es una barrera contra la corrosión y la oxidación causada por elementos naturales como la lluvia.
En el interior del AIFA, además de encontrar vigas o montenes expuestos a la vista, también se puede ver el uso de productos del acero como la lámina lisa en estructuras de seguridad o como división entre secciones. Asimismo, también encontramos que uno de los productos más relevantes en la construcción interior es la lámina antiderrapante, un material que se vuelve indispensable en una instalación como un aeropuerto por las altas normas de seguridad que debe cumplir, así como para garantizar el bienestar de los millones de usuarios que diariamente ocuparán este nuevo espacio.
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