En el mundo de la construcción, la cimbra metálica es uno de los componentes que es más frecuente en comparación con las cimbras de madera. Este cambio ha sido benéfico para toda la industria de la construcción, debido al excelente rendimiento que ofrece y a la calidad de los materiales utilizados en comparación. ¿Quieres saber más sobre la cimbra metálica? ¡Aquí encontrarás 3 motivos interesantes para elegirlas sobre otros materiales!
Una cimbra es un tipo de soporte pasivo que se usa generalmente para el sostenimiento de forma permanente de los trabajos de avance, ya sea en condiciones donde exista aún una masa rocosa que esté fracturada o demasiado débil. Esta inestabilidad del terreno se resuelve con la implementación de la cimbra metálica, que logra un control efectivo de la estabilidad en condiciones de terreno difíciles.
La utilidad de la cimbra metálica está en su gran resistencia mecánica, además de su capacidad para deformarse y adquirir una nueva figura. Con esto se contrarresta el cierre de la excavación, así como posibles rupturas prematuras. Sin embargo, la utilidad más grande de este tipo de cimbra hecha con componentes de acero es que puede seguir proporcionando soporte luego de que hayan deformaciones considerables. Para esto se utilizan materiales como varillas corrugadas o lisas, así como perfiles de acero y vigas H, I e incluso canales U.
Esto es un elemento diferenciador entre el una cimbra metálica y cimbras fabricadas con materiales más débiles, que no soportan las mismas cargas, pueden romperse y además de todo, generan desperdicios luego de su primer uso, por lo que no se pueden reciclar y solo crean basura en los espacios de trabajo.
Las principales diferencias de una cimbra metálica con el resto de cimbras hechas con madera u otros materiales están en la resistencia, durabilidad, versatilidad y calidad. El precio es una variable a considerar, debido a que su costo es variable, y aunque en términos generales el acero es más caro que otros productos, su desempeño y resultados pagan con creces la inversión en el material.
Los usos de una cimbra hecha con componentes de acero pueden darse en muros, losas, guarniciones e incluso para túneles. La seguridad es clave en cada uno de estos proyectos, así como el resto de valores que proporciona una de estas cimbras. 3 razones interesantes para elegir una cimbra metálica sobre otras son:
La durabilidad de una cimbra metálica es de los aspectos a resaltar de esta clase de producto, pues no sufre de un deterioro inmediato, por lo que puede permanecer por más tiempo en las labores de trabajo. Esta cimbra se retira después del ciclo de fraguado, y puede volver a ser colocada en futuros proyectos.
Esta durabilidad hace que se ahorren recursos y no se generen desperdicios debido a la compra constante de materiales para crear cimbras. Aunque el precio inicial puede ser más elevado, la capacidad de volver a utilizar los materiales para cimbra comúnmente cubre el costo total, por aproximadamente 200 usos en promedio.
Factores ambientales como el calor o la humedad, que afectan de sobremanera a otros materiales, no tienen un efecto tan grande en el acero, por lo que la integridad de toda la cimbra no se ve afectada en absoluto.
En otro aspecto favorable para la cimbra metálica, su peso es ligero, por lo que se puede recurrir a herramientas de apuntalamiento ligeras, que proporcionan una versatilidad de usos para toda la cimbra. Dentro de los cuales, se tienen a los sistemas de encofrado, así como para el levantamiento de muros y la fabricación de losas. Son fáciles de adaptar, así como de usar y permiten la distribución adecuada del concreto sobre la superficie.
Debido a los puntos anteriores, la cimbra de acero es de calidad superior y cada día, más proyectos reemplazan sus cimbras convencionales por las que están hechas de materiales metálicos. El acero como elemento es más sencillo de adaptar a diferentes necesidades y herramientas, ya sean de mano o de tipo sierra para ser trabajados.
Aunque la cimbra de madera sigue siendo el tipo de cimbra más utilizado, esto no representa que sea la mejor opción. Por el contrario, la tendencia es el reemplazo de las cimbras viejas por esta clase de método de trabajo más eficiente.
Las cimbras metálicas pueden ser conformadas por varios tipos de perfiles, dependiendo del tipo de forma en la excavación. Las cuales pueden tener forma de baúl, herradura e incluso tener una forma circular (en todas se recomienda que sean de alma llena). Sin embargo, los tipos de cimbra se dividen en dos grandes categorías, que son las cimbras metálicas rígidas y las cimbras fluyentes, también llamadas deslizantes.
En el caso de las cimbras rígidas, se conforman por dos o tres segmentos que se unen mediante platinas y pernos con tuerca. Esto hace que no se muevan y conserven una superficie estable para las labores de trabajo y seguridad del personal humano.
Por otro lado, las cimbras deslizantes ocupan vigas perfiles U y se conforman por tres segmentos que se deslizan entre sí, aunque se encuentran sujetados y ajustados por uniones de tornillo.
La cimbra para losas consiste en una construcción de torres que son creadas a partir de bastidores de forma tubular que están hechos de acero, que tienen uniones mediante cruces de diagonal doble. Mientras que el sistema de cimbrado se compone de elementos de gran resistencia en relación a su propio peso. Esto es de gran ayuda para la creación de estructuras que soporten cargas de peso considerable, como sucede en la construcción de puentes, arcos, losas, vigas o construcción con algún tipo de elevación.
Dichas torres incluyen un tipo de husillo para nivelar y acoplar los encofrados. La distancia y dimensión entre las diagonales son dadas por el diseño y necesidades del proyecto, además de que se adecuan al peso que deberán soportar.
Los elementos básicos que necesita una cimbra son:
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